Nuestras casas tienen pérdidas de calor, de manera que no todo el calor que generamos se conserva en su interior. Para tener una casa bien aislada, ahorrar en calefacción y también evitar, en verano, el sobrecalentamiento, debemos entender por dónde se producen las pérdidas térmicas en una vivienda. Tomaremos como ejemplo una vivienda que hemos aislado hace poco en Pontevedra, aunque lo que veamos será extrapolable a casi cualquier tipo de vivienda, con los matices necesarios.
Estas pérdidas térmicas variarán en función de las circunstancias de la casa, de los materiales de la que esté hecha, del tipo de fachada, del tipo de ventanas, etc. Pero vayamos por partes.
Pérdidas térmicas en una casa por transmisión de calor.
Estas suelen ser las más importantes, y se deben a la propia estructura de la vivienda. Se puede perder calor (o, en su caso, tener una entrada excesiva de calor en verano) por los siguientes puntos:
- Tejados, techos y azoteas. Se considera que el 20% de las pérdidas térmicas de una casa mal aislada, será por tejados, techos y azoteas. En el caso de la vivienda de Pontevedra que tomamos como ejemplo, tenía una buhardilla que se usaba como trastero, y que estaba cubierta por un tejado de teja sobre rastrel de madera. Aislar esa buhardilla supuso un ahorro térmico muy importante, y una gran mejora para sus habitantes.
- Las paredes. Las paredes son el principal punto de pérdidas térmicas de una casa. Se estima que supone el 40% de las pérdidas si no está bien aislada. En la casa de Pontevedra que aislamos, se insuflaron las cámaras de las paredes, que solo tenían un viejo aislamiento de poliespán antiguo, y se consiguió una mejora enorme en ahorro y confort térmico.
- Las ventanas. Unas malas ventanas, con vidrios sencillos y estructuras no aisladas, puede suponer una pérdida del 20% del calor interior de la vivienda.
- El suelo. Depende cada caso. Si el suelo debajo tiene otra vivienda, no debería ser un problema, pero si está a la intemperie o tiene un garaje, una bodega o una estructura similar, no habitada con asiduidad, puede suponer otro 20% de pérdidas térmicas debidas a la transmisión de los materiales de la solera.
Pérdidas térmicas en una casa por renovación del aire y permeabilidad.
El otro grupo de pérdidas de temperatura en una vivienda son las debidas a la renovación del aire. Hay, básicamente, de dos tipos:
- Renovación del aire por ventilación. Es, por ejemplo, cuando abrimos las ventanas para ventilar la vivienda. Obviamente, estás perdidas son asumibles, y es mejor realizar una correcta ventilación de la vivienda aunque perdamos un poco de temperatura. Si la casa está bien aislada, si ventilamos el tiempo necesario y con sentido común, en las horas del día más propicias, no será un problema, porque en cuando cerremos las ventanas, rápidamente recuperaremos la temperatura de confort.
- Permeabilidad al aire por fugas. Un caso distinto es que la vivienda tenga puntos indeseados de fugas de aire. Algo típico, y que pasaba en la casa de Pontevedra a la que le hicimos el aislamiento, son las entradas de aire frío por las cajas de las persianas. Esto se debe, por una parte, a que son cajas antiguas, y por otra a que unas cámaras de aire vacías propician la circulación incontrolada de aire frío por las cámaras. Ambos casos se pueden solucionar con un insuflado de las cámaras, tal como hicimos en la casa de nuestro ejemplo.
En resumen, si tenemos una casa bien aislada, con las cámaras de aire llenas de aislamiento térmico y unas ventanas buenas, tendremos una casa confortable, un gran ahorro energético y, por tanto, un gran ahorro en la factura de electricidad o gas. Es mejor, y más económico, aislar bien una casa que despilfarrar la calefacción. Además, una casa bien aislada, lo estará en invierno, frente al frío, y también en verano, frente al calor excesivo.
Desde Aislacasa podemos asesorarle visitando su vivienda y haciendo un estudio completo de las necesidades de aislamiento. Lograremos que tenga un hogar más agradable y que ahorre en su factura de calefacción.